Por: Abril Ávila
Los conflictos han dominado en gran medida un 2023 que, en el ámbito internacional, ha dejado cambios de gobierno, tensiones geopolíticas, desastres naturales y violaciones de los Derechos Humanos, las cuales confluyen con las que hemos visto por años como el cambio climático y la violencia focalizada. Este es nuestro top de tintas de 2023.
Conflictos armados
La contraofensiva en Ucrania
La invasión de Rusia en Ucrania comenzó en febrero del 2022, pero no da señales de acabar pronto. En el 2023, los ataques entre ambos países continuaron con una contraofensiva en Ucrania, para intentar recuperar los territorios ocupados por Moscú. Esta operación chocó con las sólidas defensas erigidas por Rusia, provocando decepción entre las potencias occidentales aliadas de Ucrania.
Este año también incrementó la participación del grupo paramilitar Wagner, liderado por Yevgueni Prigozhin. Sin embargo, en junio estos combatientes se rebelaron contra el régimen de Vladimir Putin, pero desistieron de sus intenciones. Dos meses después, Prigozhin murió en un accidente de avión, creando sospechas de la implicación del Kremlin en su muerte.
Estalla guerra entre Israel y Hamas
El pasado 6 de octubre el grupo terrorista palestino Hamas realizó un ataque masivo y coordinado a territorio israelí, tomando a decenas de rehenes, provocando una de las mayores escaladas en años en el conflicto palestino-israelí. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu declaró que Israel «está en guerra». Al menos 700 israelíes murieron durante los ataques, cientos de personas resultaron heridas y al menos 100 fueron secuestradas, de acuerdo a la información entregada por el gobierno.
Israel respondió con una ola de ataques aéreos y terrestres contra Gaza que, hasta el momento, ya ha cobrado la vida de más de 20 mil palestinos y ha obligado a cerca del 85% de los 2.3 millones de habitantes a abandonar sus hogares. La mayor parte del norte de Gaza ha quedado devastado, prácticamente despoblado y aislado del resto del territorio durante semanas. Israel ha ignorado los llamados internacionales de un cese del fuego, asegurando que ello representaría un triunfo para Hamas.
Cambio Climático y desastres naturales de la mano
La ONU declaró el 2023 como el año más caluroso jamás registrado, incluso lo calificó como la transición entre el Calentamiento a la Ebullición Global. Estas altas temperaturas están acompañadas de sequías que provocan hambrunas, incendios devastadores o huracanes de inusitada potencia.
Regiones enteras en Canadá fueron desplazadas por las llamas y el humo, con más de 18 millones de hectáreas quemadas. Lahaina, una ciudad turística en Hawái, fue destruida por un incendio inimaginable, en Grecia, al menos 26 personas murieron en estos incendios y diversas inundaciones masivas, como las registradas en el este de Libia que arrasaron Derna y dejaron más de 10.000 muertos en septiembre.
África es uno de los continentes más vulnerables a estos fenómenos climáticos cada vez más extremos, como evidencia la sucesión de sequías e inundaciones que afectan por ejemplo al Cuerno de África. Una conferencia del clima COP28 en Dubái concluyó en diciembre con un histórico acuerdo para un abandono progresivo de las energías fósiles que provocan el calentamiento global.
Por su parte en el sureste de Turquía y parte del norte de Siria, cientos de miles de habitantes vivieron uno de los terremotos más mortíferos de los últimos cien años. El 6 de febrero, un terremoto de magnitud 7,8, seguida de otras nueve horas después, que dejó al menos 56.000 muertos, casi 6.000 de ellos en el lado sirio.
El 8 de septiembre se registró otro sismo mortífero en Marruecos, cuando una violenta sacudida de magnitud estimada entre 6,8 y 7 golpeó la región de Marrakech. Dejó casi 3.000 muertos y más de 5.600 heridos.
La UE como actor global
Europa ha visto en 2023 cómo se coronaba a un rey, Carlos III, y cómo crecían las amenazas terroristas en varios países, derivadas en parte de las tensiones en Oriente Próximo. Finlandia, Eslovaquia y Polonia han vivido cambios de Gobierno mientras que Países Bajos y Portugal atisban ya el final de sus respectivos primeros ministros.
La Unión Europea se ha visto obligada a replantear su futuro como bloque, abriéndose a nuevas incorporaciones como la de Ucrania pese a no haber avanzado en el debate pendiente sobre la ampliación, a no encontrar una voz común en conflictos como el de Gaza.
En el tramo final del año, los Veintisiete han salvado consensos como una regulación sin precedentes sobre inteligencia artificial o un pacto migratorio que refuerza el control en fronteras y plantea una solidaridad a la carta. El Mediterráneo es la ruta migratoria más mortífera del mundo y acumula más de 28.000 fallecidos desde 2014 –en junio medio millar de migrantes perecieron en un único naufragio cerca de Grecia–, según la ONU.
Fuera de la UE, en los Balcanes, la situación sin resolver del norte de Kosovo ha relanzado las tensiones con Serbia y, más al este aún, una ofensiva azerí sobre la región separatista de Nagorno-Karabaj ha empujado a Armenia a unos 100.000 refugiados y ha permitido a Azerbaiyán hacerse con el control definitivo de la zona.
EEUU entre el control de armas y la invasión del fentanilo
En EE.UU. se han registrado 650 tiroteos masivos desde el inicio de 2023, según se desprende de los datos de la organización sin fines de lucro Gun Violence Archive (GVA), publicados en el mes de diciembre. GVA registró también más de 42.300 muertes por disparos, entre ellas más de 18.500 asesinatos, homicidios y muertes accidentales, mientras que más de 23.800 personas se suicidaron. Además, 1.654 jóvenes, con menos de 17 años de edad, murieron por disparos y otros 4.453 resultaron heridos de bala.
Por si fuera poco, en el 2023 quedó confirmado que Estados Unidos padece una epidemia por el uso de opiáceos que está siendo jalonada por el fentanilo, una mortal droga que se produce en China y México. Se trata de la peor crisis de la historia del consumo de drogas en este país. Solo en 2022 murieron más de 110 mil personas por sobredosis.
Latinoamérica
Lula, Noboa y Milei consiguen convencer a sus pueblos
El líder progresista Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, juró el domingo 1 de enero de 2023 ante el Parlamento como nuevo presidente de la República Federativa de Brasil para el período 2023-2027. El político de izquierda regresó con la promesa de poner a “Brasil de vuelta” en la escena internacional y unir a sus más de 200 millones de habitantes en su tercer mandato como presidente.
En Ecuador, luego de que el expresidente Guillermo Lasso sobreviviera gracias a las múltiples suspensiones de garantías para controlar la violencia y disolviera la Asamblea para dar paso a la carrera presidencial, la violencia se hizo de nuevo presente al cobrarse la vida del candidato a la presidencia del Ecuador, Fernando Villavicencio, quien fuese asesinado 9 de agosto por tres sicarios en motocicleta mientras se movilizaba a un mitin en Quito.
En medio de un panorama social y político revuelto, Daniel Noboa Azín, hijo del tres veces candidato a la presidencia del Ecuador y exasambleísta, se convirtió en el mandatario más joven electo en la historia de la nación.
En Argentina, con el 86,59 % de las mesas escrutadas, Javier Gerardo Milei, economista, político y educador, se consagró como el presidente electo de Argentina después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Con una inflación anualizada de 143% los argentinos se inclinaron por las promesas de cambio y el discurso en contra de la clase política del antisistema Milei. Su programa de gobierno busca poner un límite a la inflación argentina, reemplazando la moneda nacional con el dólar y deshaciéndose del banco central, así como derogar leyes y decretos, y privatizar una gran cantidad de estatales. Un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que ya ha sido promulgado y que ha sido recibido con múltiples protestas a nivel nacional.
La disputa territorial entre Venezuela y Guyana aflora
Venezuela sostiene que el Esequibo, una región de 160.000 km2 rica en recursos naturales, forma parte de su territorio desde que era colonia de España y apela al acuerdo de Ginebra, firmado en 1966, antes de la independencia de Guyana del Reino Unido, que sentaba bases para una solución negociada y anulaba un laudo de 1899, que fijó las fronteras que Georgetown pide a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que ratifique.
Las tensiones se acentuaron desde la demanda impuesta por Guyana en 2018 para ratificar el laudo de 1899 y tras la celebración de un referéndum sobre la soberanía del Esequibo el 3 de diciembre en Venezuela. Se despertó en la región el temor de un conflicto armado.
Presidentes de ambas naciones se reunieron el 14 de diciembre en San Vicente y las Granadinas, donde acordaron que sus gobiernos «directa o indirectamente» no «utilizarán la fuerza mutuamente en ninguna circunstancia». Sin embargo, Reino Unido con el consentimiento de Guyana encalló un buque de guerra en las costas de Georgetown, mientras que Venezuela inició ejercicios militares en las fronteras del territorio en disputa luego de esta acción.
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