Por: Gari Blanco
Las primarias de las fuerzas opositoras venezolanas programadas para el 22 de octubre del 2023, con miras a seleccionar al mejor aspirante para medirse con el candidato del actual gobierno, quien seguramente será Nicolás Maduro, podrían estar cerca de una verdadera implosión.
Los ataques, pareciera, se están organizando desde todos los ángulos, armando una poderosa herramienta que no dejaría respiro y aplastaría ilusiones, esperanzas y un trabajo minucioso que viene haciendo la Comisión Nacional de Primarias presidida por Jesús María Casal, un venezolano tildado de ecuánime que reúne un alto respaldo de partidos y organizaciones políticas.
El principal ataque del gobierno vino por parte de la Asamblea Nacional, casi unánimemente de tendencia madurista-chavista, al disolver sorpresivamente la junta directiva del Consejo Nacional Electoral, la cual venía entendiéndose con la Comisión Nacional de Primarias para el apoyo técnico y logístico, aporte que pareciera no gustó al régimen y liquidó a la actual cúpula del CNE para elegir unos miembros más radicales, “espanta votos” y lo más probable, seleccionar cuatro representantes pro gobierno y uno pro oposición, con miras a la posible elección presidencial en el 2024.
Internamente la oposición desde principios de siglo ha venido corriendo hacia distintas vías, con diversos actores, cada uno con un plan particular que nunca dejó cuajar un proyecto político serio que pudiera enfrentar al régimen, por el contrario, cada vez se acentuaba más la división orquestada por ambiciones personales y otros bien tocados por las dadivas del gobierno. Años perdidos por una oposición desastrosa que a estas alturas sigue siendo mella.
Cuando la Comisión Nacional de Primarias anunció para el 22 de octubre la posible elección del candidato presidencial que reuniera las fuerzas opositoras, la lista de aspirantes llegaba a 18, pero ha ido decantándose peligrosamente y varios candidatos y organizaciones han desistido no por contar con poco respaldo, sino que montarían tienda aparte fomentando nuevamente la división de la oposición que sin lugar a dudas beneficiaría al candidato del actual gobierno.
La oposición venezolana que respalda a la Comisión Nacional de Primarias y que seguramente asistirá el 22 de octubre, se enfrenta quizás a una única oportunidad de volver unificar a un ciudadano desesperanzado, desesperado e incrédulo con una candidatura victoriosa consolidada en las primarias, pero también con aspirantes presidenciales “independientes”, opuestos a la unidad, que sin duda peligrosamente podrían evitar un posible triunfo, llevando nuevamente al venezolano al hueco de la desesperanza.
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