Por: E. Zarrich
La “enfermedad X” puede ser entendida como una alerta para que la humanidad se prepare para una hipotética enfermedad mucho más mortífera que el COVID 19, pero también puede ser percibida como una forma de mantener a la población mundial bajo un clima permanente de terror y miedo ante una eventualidad posible o no. Al fin y al cabo, el mundo de lo posible siempre ha estado ahí y lo hemos manejado sin paranoia.
Durante la nueva versión del famoso Foro Económico Mundial que se realiza este mes de enero en la ciudad de Davos, Suiza, el temario incluyó una reunión especial con el titulo de “Prepararse para la enfermedad X”, con la presencia de ponentes internacionales, entre los que destacan: representantes de la Organización Mundial de la Salud -OMS-. la empresa farmacéutica AstraZeneca y la Corporación Philips, entre otros.
Así, “La enfermedad X” sería una hipotética amenaza desconocida y se apunta que la comunidad científica estaría impulsando el desarrollo de contramedidas, vacunas y pruebas a desplegar en caso de un futuro brote. La pregunta es ¿cómo se estudia algo que no existe? Se puede entender, que la ciencia estudie permanentemente, y así lo hacen las áreas de investigación y desarrollo de las farmacéuticas, los virus conocidos y sus posibles evoluciones y mutaciones.
Ciertamente se ha podido conocer que la OMS ha venido proponiendo que se seleccionen ciertos virus y patógenos para investigar y desarrollar respuestas rápidas y eficaces contra epidemias y pandemias. En la lista se encuentran: el Covid-19, la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo, el Ébola, Marburgo, la Fiebre Lassa, el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente -MERS-, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo -SARS-, el Nipah, la Fiebre del Valle de Rift y el Zika.
Son tal vez todas estas imprecisiones en manos y boca de los no-científicos, las que dan pie a elucubraciones y teorías que no dejan de ser tan preocupantes como las mismas pandemias. Diversas publicaciones han citado los comentarios escritos por una alta funcionaria del Departamento del Tesoro del gobierno de Trump y que llegó a ser asesora del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos1, quien señaló en un tuit: “un nuevo contagio permitiría a los lideres mundiales aplicar cierres patronales, restringir la libertad de expresión y destruir mas libertades”.
Esta misma línea comunicacional, bautizada como teorías de la conspiración, han dejado colar ideas según las cuales han existido iniciativas que proponen inocular junto a las vacunas que sería obligatorias en tiempos de pandemia mundial, microchips inicialmente como “sistemas de alerta temprana”, pero que más adelante se transformarían en un “pasaporte electrónico de vacunación”.
Culminan las reflexiones estos autores, señalando: “Es sorprendente como en semanas renunciamos a nuestra libertad a cambio de nada (nos encerraron en casa y nos conminaron a ponernos el bozal)”2
1 https://en.wikipedia.org/wiki/Monica_Crowley.
2 Daniel Estulin. METAPOLITICA. Transformación Global y Guerra de Potencias. Noviembre 2020. P22.
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